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Ven, Jesús esperado,
nacido para liberar a tu pueblo;
De nuestros temores y pecados libéranos,
Deja que en ti descanso encontremos.
De Israel la fortaleza y el consuelo,
Eres la esperanza del mundo entero,
De todas las naciones el más querido deseo,
El gozo de todo corazón lleno de anhelo.
Charles Wesley
ESFUERZATE
Dios Nos Hizo Para AmarNadie alcanza la meta con un solo intento,
ni perfecciona la vida con una sola rectificación,
ni alcanza altura con un solo vuelo.
Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces,
ni recoge cosecha sin probar muchos sinsabores,
enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra.
Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones,
ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad,
ni llega a puerto sin remar muchas veces.
Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas,
ni recoge rosas sin sentir sus espinas
¡Nadie hace obras sin martillar sobre las rocas,
ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo,
ni se hace hombre sin sentir a Dios!
Nadie llega a la otra orilla
sin haber ido haciendo puentes para pasar.
Nadie deja el alma lustrosa
sin el pulimento diario de Dios.
Nadie puede juzgar
sin conocer primero su propia debilidad.
Nadie consigue su ideal
sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible.
Nadie conoce la oportunidad
hasta que ésta pasa por su lado y la deja ir
Nadie encuentra el pozo de DIOS
hasta caminar por la sed del desierto.
Pero nadie deja de llegar, cuando se tiene la claridad de un don,
el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida,
el poder para realizarse y el impulso de DIOS.
Nadie deja de arder con fuego dentro.
Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone.
Si sacas todo lo que tienes y estás con Dios...
¡Vas a llegar!
TE PIDO SEÑOR…
Por la primera rosa de cada mañana
y el último pensamiento de cada noche.
Por los primeros sueños de un hijo
y el último último adiós de una madre.
Porque no haya mala hierba
en mi siembra
y no se eche a perder la semilla.
Porque cada uno dé su fruto
y podamos vivir con la aportación de todos.
Porque el daño no se haga rencor,
el amor no se haga egoísmo,
la fe no se haga hábito,
la prueba no se haga rebeldía
¡y la ambición no se haga dueña!
Te pido luz para el interior del hombre,
porque ahí se gestan todos los derrumbes,
todas las batallas y todos los males.
Te pido mucho amor para vivir,
aunque ésa sea la vida más sacrificada
y tenga las lágrimas más amargas,
los sueños más dificiles y
el camino más tormentoso.
Porque la vida sin amor es fría,
y una vida fría no vale nada.
Te pido que cuando llegues,
mi puerta esté abierta; cuando hables,
mis oídos estén atentos, y cuando mires,
mi corazón esté lleno de luz.
Que nunca esté cerrado para Ti,
ni duro, ni insensible.
Te pido no ceder, no claudicar y no rendirme.
Te pido por los imposibles
de mi impotencia, por los pequeños milagros
que no percibo, por el sufrimiento
que dejo perder, por los sueños postergados,
las alas cerradas y el miedo de subir.
Te pido, Señor, que todas las vertientes
de mi río sean de agua dulce;
que las manos no se me cierren
como un puño, sino como una caricia;
que la felicidad no se me escabulla
en hojarasca, sino se me ahonde en tronco.
Que no vuele como la mariposa,
sin saber dónde posarme,
sino que todo lo que necesite
lo encuentre dentro de mí mismo.
Te pido no sólo repartir, sino compartir;
no sólo compadecer, sino remediar;
no sólo mirar y oír, sino comprender y consolar;
no sólo decir cómo deben ser las cosas,
sino dar testimonio de mi verdad.
Señor, que sepa ser oveja
cuando necesite caminar en la manada,
y pastor cuando algunas de mis ovejas
se aparten del redil.
Cuida mi mensaje,
que no lo oscurezca la belleza literaria.
Dale pinceladas reales a mis vuelos
para que todos me alcancen y me superen.
Y ve manejando mi plumita por la tela del mundo,
para llegar al corazón de los hombres.
Te pido vivir siempre persiguiendo
algún ideal, siempre sierviendo alguna causa,
siempre dando un nuevo paso hacia la perfección.
Que acepte el paisaje que me presentes,
asimile las palabras que me digas y
me mueva el amor que me ofrezcas.
Te pediría, Señor, una vida
que no fuera deshilachada,
como hecha a pedazos,
sino armoniosa, donde todas las bisagras
y los elementos formaran unidad y contenido.
No me dejes conocer el vacío,
porque sería llevar la nada dentro.
Porque me convertiría en un ser
sin pensamientos, sin recuerdos,
sin luz y sin Dios.
Enséñame a cultivar rosas,
pues cada prójimo necesita una para su cruz.
Enséñame a entender el amor,
para que los frutos sean dulces y abundantes.
Enséñame a perseverar,
pues el camino de la vida se rompe a veces
por donde más duele.
Enséñame a conducirme.
Que no lo haga por arranques
del temperamento,
sino por la cordura de la inteligencia
y la serenidad de la fe.
Señor, dame copa de los que saben beber,
dame fuego de los que saben sentir,
dame sabiduría de los que saben entender
¡y nido de los que saben amar!
Señor, retoña mis fracasos en nuevas primaveras.
Hazme crecer en cada experiencia
y madurar en cada lágrima.
Ponte sobre mi vida como
un goteo constante, sobre mis planes
como una estrella alumbradora,
y sobre mis tristezas
como un tierno compañero
y un eje de resistencia.
Señor, dame una conciencia recta,
de ésas que se reportan a la menor alteración.
Dame una rienda fuerte,
de ésas que no se andan
aflojando por cualquier cosa;
un camino orientado, de ésos que
saben a dónde van y
hasta dónde pueden llegar, y sobre todo,
un deber alegre, de ésos que saben sonreír
en medio de los sufrimientos.
Enséñame que cada deber tiene su momento,
cada necesidad su servicio y cada llamada su designio.
Enséñame que para servirte
no basta la fragilidad de la voluntad humana:
se necesita el aporte de la gracia divina
Enséñame que hacen falta
muchas pisadas pequeñas,
antes de dar un gran paso,
y muchas reflexiones serias
para los planes de acción
y las reformas de vida.
Que cuando se tiene
una verdadera convicción, ella sola se impone.
Que todo el mundo tiene algo defendible.
Que la talla de la vida la da el amor,
pero la dimensión del amor la da el dolor.
No aspiro a ser una destacada,
pero sí quisiera dejar en el mundo
esas grandes cosas que caben
en las distintas pequeñeces de todos los dias.
Me basta, Señor,
ser el granito de arena, la lucerita, el rocío,
la sonrisa, la lámpara.
Ser ese relleno que necesita la felicidad diaria.
Ser como la mano oculta de Dios,
trabajando por debajo
para la armonía de todos los míos.
¡Ser algo, en tan poco!
Gracias, Señor:
Por dejarme vivir tantos años.
Por dejarme reinar en el hogar.
Por dejarme escribir lo que siento.
Y por dejarme poner en tus manos
lo que yo llamo "los grandes tesoros del alma"!!!
EL RAPTO
ME ROBASTE EL CORAZON
AUNQUE YO QUEDE EN EL OLVIDO
Y ME GUSTA ESTAR ASÍ
CON EL CORAZÓN ENAMORAD@ DE TI
El Gozo : David y Abraham
Nacion Santa - Yo Volare (En Vivo)
The Power Of Your Love MV
Raíces
Tiempo atrás, yo era vecino de un médico, cuyo "hobby" era plantar árboles en el enorme patio de su casa. A veces observaba, desde mi ventana, su esfuerzo por plantar árboles y más árboles, todos los días.
Lo que más llamaba mi atención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Pasé a notar, después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer.
Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no creciesen, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría. Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demorarían
más para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar para lo más profundo, en busca del agua y de las varias nutrientes encontradas en las capas más inferiores del suelo.
Así, según èl, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a las intemperies. Y agrego que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un diario doblado, y que hacía eso para que se mantuviesen siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que tuvimos con mi vecino.
Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo.
Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes. ¡¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!!.
Lo curioso es que aquel era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno. Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento.
Qué efecto curioso, pensé... Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido.
Todas las noches, antes de ir a acostarme, doy siempre una mirada a mis hijos. Observo atentamente sus camas y veo cómo ellos han crecido.
Frecuentemente oro por ellos. En la mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de este mundo... He pensado, entretanto, que es hora de cambiar mis oraciones.
Ese cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos helados y fuertes nos alcancen. Sé que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurran, han sido muy ingenuos. Siempre habrá una tempestad en algún momento de nuestras vidas, porque, querramos o no, la vida no es muy fácil.
Al contrario de lo que siempre he hecho, pasaré a orar para que mis hijos crezcan con raíces profundas, de tal forma que puedan retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles.
Pedimos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos bravamente, en vez de que seamos subyugados y doblegados.
Jeremías 17:8
Porque él será como el árbol plantado junto á las aguas, que junto a la corriente echará sus raìces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.
"Felices los que creen sin haber visto",
La fe es un don de Dios que recibimos en el bautismo, pero también es consecuencia del testimonio de alguien que ya se encontró con Jesús Resucitado. Quizá tú has sido la causa de la fe de alguna persona. ¡felicidades!, esa es la tarea de todos los cristianos.
Heroe
36 Y le rogó uno de los fariseos, que comiese con él. Y entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37 Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, como entendió que estaba a la mesa en casa de aquel fariseo, trajo un alabastro de ungüento, 38 y estando detrás a sus pies, comenzó llorando a regar con lágrimas sus pies, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y besaba sus pies, y los ungía con el ungüento. 39 Y como vio esto el fariseo que le había convidado, habló entre sí, diciendo: Este, si fuera profeta, conocería quién y cuál es la mujer que le toca, que es pecadora.
40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él dice: Di, Maestro. 41 Un acreedor tenía dos deudores, el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; 42 y no teniendo ellos de qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de éstos le amará más? 43 Y respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquél al cual perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con los cabellos. 45 No me diste beso, mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza con óleo; mas ésta ha ungido con ungüento mis pies. 47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados son perdonados, porque amó mucho; mas al que se perdona poco, poco ama. 48 Y a ella dijo: Los pecados te son perdonados. 49 Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados? 50 Y dijo a la mujer:
Tu fe te ha salvado, ve en paz." (Lc 7:36-50)
Jesus es mi amor
SEGUIREMOS JUNTOS
He aquí un sembrador salió a sembrar. Mientras él sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la devoraron. La otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; brotó rápidamente, porque la tierra no era profunda. Pero cuando salió el sol, se quemó, y porque no tenía raíz, se secó. .
La otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; brotó rápidamente, porque la tierra no era profunda. Pero cuando salió el sol, se quemó, y porque no tenía raíz, se secó. Y otra parte cayó entre los espinos. Los espinos crecieron y la ahogaron, Y otra parte cayó en buena tierra y dio fruto, una a ciento, otra a sesenta y otra a treinta por uno. El que tiene oídos, que oiga" (Mateo 13:3-9).
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